Con una visión quizás optimista de nuestras psicosis nacionales, yo me imaginaba que la tragedia que está viviendo Libia podía servirnos de lección y ejemplo para evitar ese tipo de extremismos. En la nación norafricana la locura de un hombre por el poder lo ha llevado a matanzas genocidas, una implacable intervención internacional y quién sabe cuántas otras desdichas en su futuro inmediato.
Tenemos una suerte enorme, que debemos aprovechar y cultivar, al contar con una vía electoral en el 2012 para dirimir nuestros problemas políticos.
Al expresar esta idea por Twitter me llovieron las críticas y las burlas. Existe un sector de la población en Venezuela que ve con admiración lo que ocurre en Libia. Gente que se manifiesta en contra del voto, critica a quienes promueven cambios pacíficos y desprecian la labor de políticos y parlamentarios. Los guerrilleros de la computadora anhelan alzamientos, invasiones y califican de cobardes o ilusos a quienes nos aferramos a las soluciones electorales. Estos oposicionistas extremos, tienen su contraparte del lado chavista. No estoy señalando a grupos, bordeando la delincuencia, que hacen vida en la revolución; me refiero a los parlamentarios que oí con estupor proponiendo en la AN una resolución de apoyo a Gadafi. La procacidad, los gritos destemplados, el vocabulario soez de estos "representantes del pueblo" me causaron estupor. Se dirigen a sus colegas con un odio y un desprecio inusitados: creo que nunca en el hemiciclo parlamentario se habían manifestado tan bajas pasiones. La ceguera, la intransigencia y yo diría incluso la brutalidad que existe en sectores de nuestra sociedad, son extremadamente peligrosos. Debemos hacer un inmenso esfuerzo de tolerancia y de comprensión para evitar a toda costa llegar a una "solución libia".
MARUJA TARDE Lunes 28/03/2011
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